Cuando se habla de domótica, muchos piensan en dispositivos llamativos que se conectan a internet y se controlan desde el móvil. Bombillas que cambian de color, cámaras que envían imágenes a la nube, asistentes de voz que obedecen órdenes sencillas. Sin embargo, detrás de este escaparate comercial existe una realidad mucho más profunda y relevante: cómo se gestionan los datos de tu hogar y quién tiene realmente el control del sistema.
Defendemos un enfoque muy claro: la domótica debe ser local, privada y segura. Solo así el usuario mantiene el control sobre su vivienda y garantiza que su inversión será sostenible en el tiempo. Este artículo tiene como objetivo explicar con detalle qué significa domótica local, cuáles son sus ventajas frente a los modelos basados en la nube y por qué creemos que es el camino correcto hacia un hogar verdaderamente inteligente.
